La disminución volumétrica del tercio medio facial determina de manera decisiva la posición de las estructuras tanto de esta región como del tercio inferior, convirtiendo la restauración de pómulos en uno de los procedimientos más solicitados y fundamentales en medicina estética facial.
El objetivo principal consiste en realzar la proyección del complejo cigomático-malar y optimizar los compartimentos adiposos regionales, permitiendo personalizar completamente los resultados según las características anatómicas específicas de cada paciente.
Enfoques diferenciados según biotipo facial:
Femenino: Se busca generar una curvatura suave y redondeada que armonice con óvalos faciales más suaves, creando una proyección malar sutil que preserve la feminidad natural.
Masculino: Se enfatiza la definición angular y la marcación de las líneas malares, generando una estructura más pronunciada y geométrica que refuerce los rasgos masculinos característicos.
Esta versatilidad técnica permite adaptar la estrategia de tratamiento a cada biotipo facial, considerando factores como la forma del rostro, la edad, las preferencias estéticas y las proporciones áureas individuales.
La restauración malar no solo mejora la apariencia del tercio medio, sino que reposiciona indirectamente las estructuras faciales inferiores, generando un efecto de rejuvenecimiento integral y armonioso.
Habitualmente se rellenan con fillers de la familia de los Ácidos Hialurónicos, con una Plasticidad alta, para poder tener buen efecto de sustentación o lifting, pero a la vez poder ser lo suficientemente elásticos como para adaptarse a la forma y anatomía del paciente. Se puede realizar con Cánula flexible o aguja, bajo anestesia local o regional, con mínima molestia y casi nula inflamación, en un procedimiento que dura unos 15-20 minutos.
La zona tratada puede experimentar una ligera sensación de tirantez no álgica durante las primeras horas posteriores al procedimiento. Se aconseja realizar masajes delicados durante los tres días siguientes utilizando formulaciones hidratantes enriquecidas con Árnica o Vitamina K, especialmente considerando que las equimosis menores, aunque infrecuentes, tienden a manifestarse entre las 36 y 48 horas post-tratamiento.
Efectos secundarios y permanencia del tratamiento
Este procedimiento se caracteriza por generar molestias mínimas y eventos adversos prácticamente ausentes. El material aplicado mantiene estabilidad estructural sin presentar migración ni deformación a lo largo del tiempo.
Habitualmente se programa una sesión de refinamiento entre los 15 y 21 días posteriores para corregir micro-asimetrías naturales inherentes a la anatomía ósea cigomática y la distribución adiposa regional.
Durabilidad: Debido al alto módulo elástico (G') del ácido hialurónico empleado, la permanencia promedio alcanza los 12 meses, siendo frecuente que la estabilidad se prolongue considerablemente más allá de este período.
Ventajas del procedimiento:
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